Cómo sobrellevar la separación: consejos para padres divorciados en España

Cómo sobrellevar la separación

La separación o el divorcio pueden llegar a ser situaciones estresantes o traumáticas, en especial cuando hay hijos en la pareja. Al daño emocional del fracaso afectivo se añade tener que gestionar un nuevo tipo de relación con esa persona, ya que los hijos son un vínculo que mantiene unidas a esas dos personas para siempre. Ante esta circunstancia, lo más sensato es tratar de crear una atmósfera de colaboración y respeto entre los progenitores. Una vez finalizada la relación sentimental, llevar el conflicto más allá solo perjudica a los niños.

Dado que ellos son y deben ser siempre la máxima prioridad, aquí van algunos consejos para padres divorciados que pueden ayudar a que todo sea más fluido entre las distintas partes implicadas.

Comunicación y respeto: las claves para que todo funcione

En muchos casos el motivo de la ruptura entre los padres se ha debido a no cumplir con estos preceptos. Es fundamental, por tanto, no repetir este error en la nueva etapa que se inicia. La base de cualquier relación saludable es una comunicación abierta y respetuosa, por lo que, si con anterioridad los padres no fueron capaces de comunicarse adecuadamente entre sí, ahora tienen una nueva oportunidad de hacerlo. Reincidir en la hostilidad que les llevó a finalizar su relación sentimental solo sirve para que los niños crezcan en un entorno de incertidumbre y temor.

No es fácil que dos personas cuya separación está reciente y que aún tienen heridas emocionales el uno respecto al otro cambien de repente su manera de comunicarse, pero para romper con esa dinámica perjudicial que les ha llevado al fracaso como pareja, deben considerar el bienestar de los hijos como su prioridad absoluta. De otro modo, no solo se habrán hecho daño ellos mismos, trasladarán ese sufrimiento a aquellos que más quieren.

Los hijos deben mantenerse lejos de cualquier drama que rodee al proceso de separación, y esto debe mantenerse en el tiempo una vez ya es efectiva. Deben sentir que sus padres están ahí siempre para prestarles un apoyo incondicional y a la vez percibir, incluso en las actitudes más insignificantes, que sus padres se respetan entre sí.

Adaptarse a los cambios

Una separación implica tener que adaptarse a una rutina totalmente diferente. A veces será uno quien tenga a los niños en casa, y a veces será el otro, y cada uno de los progenitores tiene que empezar a organizar su vida para que esto sea así. Quizás alguno de ellos sienta que no pasa el tiempo suficiente con los hijos, pero lejos de hacer de ello un motivo de disputa, en lo que deberá enfocarse es en que sea tiempo de calidad.

También los padres deben aprender a aprovechar el tiempo en el que no ejercen como tales. Quedarse en casa sin hacer nada, y pensando en cómo estarán los niños cuando están pasando tiempo con su padre o madre no es la mejor idea. Hay que aprender a diferenciar entre el tiempo que se les dedica y el que deben dedicarse a ellos mismos. Tras una relación rota, hay que empezar a recomponer los pedazos y volver a construir una vida nueva, y eso implica relacionarse o llevar a  cabo actividades que resulten satisfactorias. Todo ello ayuda también a rebajar notablemente los niveles de estrés que suelen ser muy elevados en las primeras etapas tras la separación.

Evitar actitudes que puedan dañar a los hijos

Aunque nunca se pretenda hacer daño a los hijos, hay actitudes de los padres que tienen ese efecto. En muchos casos los progenitores tienen una relación tan deteriorada que no pueden cruzar palabra sin terminar discutiendo. Cuando los hijos son testigos de estos enfrentamientos se les está causando un gran perjuicio.

Para solucionarlo, en ocasiones se utiliza a los propios hijos como transmisores de cualquier tipo de mensaje. Esto también es un error, ya que enviamos a los hijos el mensaje de que sus padres se odian hasta el punto de no poder tener una comunicación directa y necesitarlos a ellos como intermediarios.

Debe evitarse también cualquier tipo de manipulación emocional. Comentarios con los que los hijos se puedan sentir culpables por haber disfrutado con su padre o madre o comparaciones entre su trato con cada uno de ellos lo único que conseguirán es sumir a los hijos en una mayor angustia. Si los hijos asimilan que pasar buenos momentos con uno es equivalente a herir al otro, al final terminarán por alejarse de ambos.

Buscar el apoyo de profesionales

No hay que sentirse mal por buscar ayuda externa. La separación puede ser un proceso abrumador en muchos sentidos, y no todo el mundo tiene la capacidad de gestionar la tormenta de emociones que provoca.

Al igual que para el proceso legal las partes se ponen en manos de abogados y juristas, par la etapa inmediatamente posterior, la que implica empezar a diseñar un nuevo tipo de vida diferente a la etapa anterior, contar con la ayuda de profesionales expertos puede ser de gran utilidad.

Así, por ejemplo, en lugar de tener que estar siempre discutiendo por la organización de las actividades de los hijos o las cuestiones económicas, una plataforma como 2houses proporciona las herramientas para facilitar la comunicación de ambos progenitores. Llevar un control centralizado de los gastos que generan los hijos para un reparto más equitativo de estos o poder acceder a un calendario donde poder estar al tanto de sus actividades son algunas de las ventajas que proporciona  el servicio.

Conclusión

Sobrellevar la separación de la forma más civilizada posible es la mejor forma de conseguir el bienestar de los hijos. Una comunicación abierta, honesta y respetuosa, entender que se abre una nueva etapa diferente y saber adaptarse a los cambios que se producen y poner a los hijos como prioridad, evitando que salgan dañados por actitudes de los padres son los aspectos más importantes  a tener en cuenta. Cada familia es única y diferente, pero los problemas a los que se enfrentan los padres divorciados en España son casi siempre muy similares. En 2houses los conocemos y trabajamos para hacer la vida de todos más agradable.